A continuación un análisis realizado por el Profesor Edgar Lora. Este análisis es sobre mi ensayo académico El libro es un territorio y el lector un habitante, publicado en la Colección Cultura, por el Museo de Historia y Archivos de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.
La lectora:
Hasta hoy creía que los elogios más hermosos a la locura y al libro, los había escrito Borges:
“Siempre pensé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”, decía el laberíntico cuentista y es esto precisamente lo que Claudia confirma con su amplia y certera investigación: que cada libro es un paraíso donde empieza la desobediencia y se comete el pecado de ser libres.
Claudia encuentra tantas y tan buenas propiedades en el libro y las bibliotecas, que nos asombra hasta el delirio. Más que una tesis de Maestría, parece un panegírico a la lectura. Claudia sin salirse de su objetivo académico, ha escrito los piropos científicos más tiernos que el libro puede recibir. Y es que el libro es ese espacio inspirador donde lo divino encarna en un hombre o viceversa .
Cada libro tiene un árbol prohibido, cuyo fruto nos hace trascender el bien y el mal y nos conduce al plano de la sabiduría, que es el nivel de los inmortales. Al fundirse lo Edénico con lo Adánico, se enciende la chispa de la cultura. Pecar entonces, es bueno, ser expulsado también, porque solo entonces se conoce otros universos, se descubren otras galaxias. Así cada libro, cada biblioteca, se convierte en el paraíso borgiano.
Este espacio de fusión entre la sociedad y el libro que Claudia ha explorado exhaustivamente en este riguroso ensayo académico denominado El libro es un territorio y el lector un habitante.
La gestora cultural:
Claudia Vaca es la cruceña más universal que conozco. Filóloga de abundantes lecturas y exquisita formación. Infatigable en la promoción y gestión cultural, ha gestado su tesis desde que tuvo un libro en sus manos.
Se graduó como Magister en Ética Social y Desarrollo Humano, desde que nació en una comunidad idílica, en un pueblito Chiquitano, y pronto alcanzará el doctorado que ya lo merece por toda su entrega como docente de literatura y su cotidiana labor de gran animadora del quehacer cultural de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra y del continente Latinoamericano.
La escritora y educadora:
Antes de conocer a Claudia en persona, la conocí por sus escritos, por su poesía, por sus acciones. Cuando tuve la oportunidad de verla para dialogar sobre la obra que había presentado al Grupo Editorial La Hoguera, donde trabajo. No necesitamos presentarnos, ella sabía muchos chismes de mi azarosa vida y yo la había descubierto en sus versos.
Desde entonces sellamos nuestra amistad con un largo abrazo, esos que nacen de la empatía, de saber que uno comparte y vive los mismos ideales, las mismas preocupaciones, los mismos sueños que el libro, la lectura, la educación, las bibliotecas y la literatura despiertan.
Esa tarde, me dijo que mi abrazo le recordaba a los de su abuelo y que vendría por más. Y aquí me tienen, orgulloso, presentando un libro de la nieta que mi amor por los libros me regaló.
Cuento esto porque después descubrí que en Claudia existía también una fuerte vocación espiritual expresada en su búsqueda de nuevos estados de conciencia a través de lecturas y prácticas de meditación.
El trabajo interior de Claudia da un sello trascendente a su vida, desde allí saca la luz, la fuerza para dar su tiempo y conocimientos a la sociedad en su sentido por crear una cultura de la paz, de democracia y amor.
Los sociorelatos de la lectura:
El libro que nos convoca y reúne hoy, es una investigación compleja, que ha sido encarada con el suficiente rigor académico con el apoyo y asesoramiento de sus guías y docentes.
Un objetivo de este estudio es el Ethos lector de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, sin embargo, el trabajo por su propia naturaleza desborda su cauce y abarca un amplio espectro esencial, consecuencias de los resultados de la investigación: otras ciudades de Latinoamérica.
Como lo expresa ella misma en una de sus propuestas: “Sirve ahora para tejer redes interdisciplinarias sobre políticas de lectura, pedagogías y didácticas en los procesos de lectura.»
Claudia plantea imprescindible: «Entender la multidimensionalidad, interdisciplinariedad y colaboración en los procesos de lectura y de investigación entre diversos actores, los que tienen y los que no tienen título académico”.
Resultados y caminos:
Dicho de otra manera, Claudia nos obsequia, por un lado, los resultados y por otro, nos abre caminos con la aplicación de un método creativo, dinámico, que servirá de modelo para investigación similares.
El Dr. Valenzuela Van Treek, guía de la tesis, dice: “Desde esta investigación, Claudia ha creado una metodología para generar nuevos indicadores y criterios que deberán considerarse en los estudios sobre lectura e interculturalidad”.
Estamos frente a un libro que hay que releer, porque eso nos permitirá descubrir todo el potencial que ofrece como fruto de las entrevistas, reflexiones y toda la técnica cualitativa empleada para evaluar, comparar y decodificar todo ese valiosísimo material.
Destaco otro singular valor del libro, y es el de haberse convertido también en una especie de historia del desarrollo cultural cruceño, una especie de historia de la lectura desde los sociorelatos de lectores, gestores y bibliotecas.
La cultura de la lectura:
El análisis de la creación, desarrollo y evolución del libro en nuestra ciudad, es enfocado paralelamente al despegue económico y comercial de Santa Cruz en sus diferentes etapas y procesos.
Claudia nos cuenta en estos socioreltatos, la historia de las bibliotecas y de la lectura, la cual es la historia del pensamiento, del Ethos lector de una sociedad y esto, a su vez, es la acción poÉtica y política de una cultura en la que Claudia viene trabajando desde hace más de una década.
El ensayo expone las acciones y decisiones de todos los protagonistas y actores políticos, sociales, culturales de la ciudad cruceña desde los años 70 hasta fines de los 90.
El libro permite conocer detalles del escenario desde donde se descubre la intimidad Santa Cruz de la Sierra, llamada ciudad contrapeso de Bolivia por el Dr. en Historia Valenzuela Van Treek.
Ciudad babélica y babilónica como la llamo, irreverentemente, yo.
La lectura y los ciudadanos:
Leer el ensayo de Claudia es como estar en una película de ritmo acelerado y en contrapunto permanente. Aparecen en la investigación nombres y hazañas de los gestores de la creación de bibliotecas, bibliotecarios, autores, docentes, que hicieron posible la gesta de las letras cruceñas.
Surgen también las ferias, concursos, programas y proyectos que generaron el movimiento cultural cruceño desde la época de las dictaduras militares hasta el retorno de la democracia.
Claudia en este sentido considera que la lectura es una práctica cultural de construcción identitaria, esencial para la democracia, un derecho humano, una extraordinaria competencia ciudadana que habilita al ser humano a participar plenamente en la vida política, para opinar, interpelar, expresar su propia voz.
De ahí que no se puede aislar el fenómeno de la lectura de la vida cotidiana del ser político que somos. Jorge Luis Borges el mago de los espejos que se jactaba de los libros leídos y no de los que había escrito, dijo alguna vez: “Hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros, hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua, en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libro”.
Los desafíos para las instituciones culturales y educativas:
Después de leer las conclusiones, orientaciones y análisis que hace Claudia en esta tesis convertida en ensayo académico, admiro más a Borges y aplaudo a Claudia Vaca, por su brillante trabajo que nos da la esperanza de que tenemos libro, lectura y movimiento para rato.
Como indica Claudia en sus conclusiones: habrá que activar ciertas políticas educativas y culturales. Prometeo, el Titán de Esquilo, con mucha inteligencia y astucia, con tremendo valor y coraje, fue capaz de robarle el fuego, los números y la palabra a Zeus y sembró el progreso para la humanidad.
El desafío que nos lanza Claudia con este riguroso ensayo académico es colectivo e individual: es que cada uno de nosotros se convierta en un Prometeo portador del fuego y de la palabra.
El fuego de la palabra que todo lo construye, la palabra que es libro, que es lector, que es vida.