Hay que hacer este país y continente:

sin fatiga de guerrillero
ni boina de bohemio
sin soberbia de citadino
sin miedo de extranjero, empezando por dejar de ser extranjeros de nosotros mismos.

Convoco: Un paro al racismo, una marcha hacia adentro de cada ciudadano, de sus pensamientos predominantes durante estos días, de sus palabras alborotadas sacándolo de su centro, de los insultos lanzados, de la ira acelerándole el ritmo cardíaco, de la ira haciéndole doler el hígado, el sistema digestivo y alterando sus sistema nervioso, de las discusiones sin pies ni cabeza, que no llevan a solución alguna.

Convoco: Un paro a la burla que hicieron los ciudadanos con sus cervezas y su basura en las calles, orinándose sobre su propia existencia (al que le haga el saco se lo pone, al que no, no se esucie).

Convoco: Un retiro de parte de los gobernantes, para autoevaluarse y después, si han aprendido sus lecciones, volver a las eLecciones, respetando a sus eLectores y las reglas del juego. Un retiro de los que están en el poder, un paro de los que no están y no tienen idea de cómo lograrlo, un paro para prepararse antes de asumir roles para los cuáles no están listos.

La marcha y el paro ocasionado por la siembra de coca-fallo TCP-no respeto al 21F-y la cadena de guiones cinematográficos puede seguir, pero entonces este texto no acabaría nunca…etc. y terror mediático, todo esto ha permitido ver cuánta basura interior sale a  las calles en forma de paro, marcha, trote, correteo; ¡cuánta violencia pidiendo Democracia!, cuánto enojo, comprensible ante la marea de ánforas no respetadas en ninguna de sus instancias.

Hay que hacer este país y continente:

Con sobriedad y lucidez, con marchas donde transiten vocablos integradores, que respetan la singularidad de cada ciudadano.

El alfabeto de la violencia y el racismo no cuida la democracia, la debilita.

La marcha y el paro cargado de violencia e ira, denotan la necesidad de un estudio de conciencia colectiva, para saber sobre qué horizonte y con cuáles ojos queremos mirarnos para convivir.

Hay que hacer este país y continente:

Sembrando respeto en lugar de insultos racistas.
Para gobernar este país sin caer en las trampas del poder
hay que gobernarse a sí mismo primero y descifrar el enigma de los reinos dorados que cada uno tiene.
Cantar la depresión de Nietzsche y renacerse a sí mismo
en su genealogía de la moral (lean y entenderán más lo que está pasando ahora,no solo en Bolivia, en el mundo, somos una pieza del engranaje que se está desplomando y si no leemos, caerá sobre nuestros sueños dormidos y despiertos).

Hay que hacer este país y continente:
Caminando por el existencialismo de Sartre y el absurdo de Becket, para entender el absurdo del formato con el cual se está demandando el cuidado de la democracia, retomando las lecturas de Bertolt Brecht, recordaremos que si seguimos así: lo viejo no acabará de morir, y lo nuevo no acabará de nacer, nos ganará el trance y la ebriedad de los sistemas de pensamiento y política que todavía persisten, porque están aún en nosotros mismos como ciudadanos, abortaremos nuestra propia lucha sin darnos cuenta.

Además: hay que comprender el materialismo histórico de Marx, sin consignas partidarias, sino como una herramienta para analizar los procesos históricos que cada ciudadano al entender, sabrá leer mejor el presente y crear un proyecto país-continente, con menos borrachera “verderojamarillawipalezcaliducha” y más coherencia entre el discurso y la acción.

…sin la izquierda ni la derecha,
con sentido común y de bien común,

Convoco a  desmontar los prejuicios que entorpecen esta lucha, es el primer paso, para abonar el terreno donde se cultive un nuevo modo de ser y hacer país-continente.

Nuestro desafío es grande, y a veces, el silencio interior, la sobriedad al leer nuestro entorno, disminuirá las palabras gritadas y las palmas aplaudiendo lo que no se entiende.

Convoco: un paro de autoconciencia colectiva e individual al unísono, la marcha es hacia nuestra propia historia como individuos, familias y sociedad…la marcha interior, para despojarnos del alfabeto de la violencia con la cual queremos sacar lo viejo, para que  nazca lo nuevo.

Conovoco a que juntos, generemos nuestro alfabeto, cuya matríz sea la paz y su primera letra la D de Dignidad, de Democracia, de Diversidad, de Dilucidar, de Decir, de Discentir…y así, podemos seguir explorando nuestro vocabulario, para comunicarnos con mayor ecuanimidad y respeto en estos paros, marchas, trotes, resistencias y demás maratones ciudadanas.

 

 

2 comentarios en «De marchas, paros y demás trotes»

    1. Hola Fabiola, desde este espacio podemos circular la frescura de nuestras lecturas de la vida y la realidad del mundo que habitamos. Saludos.

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