Mientras juegan los niños
la madre siente el mundo entero en sus manos,
y de pronto: truena el cielo, ataca la bestia, caen los frutos, tiemblan los niños …
la madre grita, mira, camina,
aniquila el paso de la bestia en la retina de los niños,
rompe con su voz la odisea de la tierra
puebla con su canto la selva de bestias,
volviéndolos niños, los libera de sí mismos y les da la caridad.
Se juntan colores junto a la lluvia
cayendo sobre la humanidad entera,
para pintar con estas aguas el nacimiento del viento
que migra hacia una nueva matriz
sin memoria ni cuerpo.
Hola Clau. Placer leerte
Siempre agradecida por compartir tus letras
Charito, gracias mil por compartir y disfrutar, aquí estaremos profundizando más nuestra escritura y lectura. Abrazos.