El 30 de Diciembre, terminé de escribir un poemario para niños de cero a mil años, es decir para todo ser vivo que quiera mirar con ojos de niñez, cualquier haya sido la condición vivida de su niñez. El libro se titula Con cuántas lenguas se hace un país. Es resultado de reflexiones y juegos de palabras, exploraciones y preguntas que le hago a los mitos de diversas culturas, que están instalados en nuestras formas de relacionarnos entre unos y otros, también es resultado de los juegos que me gusta hacer, con giros sociolingüísticos que tenemos en nuestra vida cotidiana y que por el hecho de estar en el día a día, pasan desapercibidos. Aquí el poema con el que termina el libro.
A los humanos nos pasa mucho el hecho de que no percibimos lo que está aquí y ahora, no miramos lo que está en el día a día, estamos mucho tiempo mirando lo que queremos o lo que ya pasó, o suponiendo información, en lugar de conversar y buscarla directamente, desde lo que estamos viviendo y desde el día a día ir más allá, iniciando el ejercicio de cuestionar nuestros comportamientos de pensamientos, palabras y acciones, lo cual permite que cambiemos algunos hábitos y conductas, esos son los remedios que deberán acompañar la vacuna covid19. Es decir, los científicos e investigadores hacen su parte, y nosotros también debemos hacer la nuestra, cada uno asumir responsabilidades, salir del jueguito secular de lavarse las manos y pasar la papa quemada al otro. Este hábito-jueguito secular humano ha sido favorable para la infodemia en la cual vivimos hoy, lo será para cualquier crisis sanitaria o de otra índole.
Entonces para salir de la infopandemia en la que todavía estamos atrapados, tal vez un sencillo y económico ejercicio diario sea: mirar profundamente lo que está frente a nosotros, día a día, sin juzgarlo, abrazar y conversar, en vez de ir de chisme en chisme, calumniando a Sancho, Pedro y Martín, conversar directo, preguntar lo que se quiere saber, si no lo responden pues ¡ya está!, a seguir con la vida y entender que las palabras no son todo, no alcanzan para la inmensidad de expresiones coexisten en el día a día, entre humanos y otros seres vivos.
En este ejercicio, de conversar con la vida, con el otro, con las diversas expresiones que nos rodean, algo que ayuda mucho es la lectura. En mi caso la literatura infantojuvenil que disfruto muchísimo cada día, es masaje para mi alma y mente. Admiro muchísimo a las personas que logran escribir para niños y jóvenes, cualquiera sea el género en el que lo hagan. La poesía está presente, por supuesto, los artículos científicos sobre determinado tema de interés, los ensayos académicos, los libros de historia, etc. todo lo que mi ser quiera conocer, es canalizable desde la lectura, que al ser compartida, dialogada, conversada con la familia, los amigos, se enriquece más, por ello son tan vitales los clubes de lectura, los coloquios, los encuentros, las personas con las que conversar sobre lo que te hizo pensar tal o cual situación de la vida, y tener una obra de arte, libro, pintura, película, música, a mano, en tu mente, fresca en tu mente, para sugerirla como «medicina». Eso sí: hay que habituarse a escribir lo que uno va cosechando en la mente, andar con su libretita, es algo que mi abuelo-padre Roger me enseñó, anotar cada pensamiento, con dibujo, con letras, con lo que fluya.
Luego de terminar el pequeño libro: Con cuántas lenguas se hace un país, me di cuenta de que tenía montón de otros versos bailando en mi mente y espíritu, y que en mi vida me visitan muchas formas de expresión, y las tengo apuntadas en cuadernitos de papel reciclado que me hace Veranika Lis, costura empastados pequeñitos y medianos, en forma de libretas, con papeles que vamos reciclando o encontrando.
De modo natural surgen pensamientos largos, cortos, que son poemas como diría Ezra Pound: «…están ahí, haciéndonos, solo debemos escucharlos y escribirlos» así que soy escribana de un libro este año, cada día del 2021 doy un poema, con una foto del lugar donde me encuentro, o de lo que capta mi atención. Mi amor Veranika, me respondió el primer poema con uno suyo, en su idioma Ruso, así que estamos dialogando en dos idiomas distintos, y traduciéndonos también. Este ejercicio de traducir permite que confluyan más nuestras vidas, en diversidad de aguas, es muy hermoso.
Desde que conocí a la profesora Nancy Bozo, y escuché con atención su lección sobre el amor y la libertad, en la clase de Filosofía y Psicología, a mis 16 años, me quedó claro que amar y que las relaciones de pareja son caminos para crear y que cada persona tiene su persona en la vida, no hay que apurarse en encontrarla, ni confundir la libertad con libertinaje, ni la sexualidad con genitalidad.
En mi caso, encontrar una compañera de vida para ello, es el mayor regalo que la vida me ha dado. Aunque debo decir que también he creado con mis hermanas y hermanos, tantos juegos, mi hermano Roger (Pikin), es un diccionario de chistes auténticos, con palabras o situaciones de la vida, mi hermana Daniela es témpano de hielo que nos deja patinando en su pista o nos hace nadar en sus aguas que son lecciones de empatía. Mi hermana Lorena es una leona que mira, escucha, habla poco, pero cuando habla, logra decir en su fulminante rugido, la selva entera sabe que la leona se ha expresado. Mi hermana Yoselin es una fuente inmensa de talentos y oficios por expresar, algunos ya expresados. Mi hermano Rafito es determinado y aprende muy rápido todo lo que se le enseña, piensa y hace de inmediato, está seguro de sí y avanza, cuando no entiende, pregunta, cuando quiere empezar un camino, sabe confiar en sí mismo y en otros.
Así que este 2021 les regalo un poema cada día, en este Calendario lírico que estamos escribiendo con Veranika, cada una en su idioma, para dialogar con nuestras familias, que somos la humanidad entera. Aquí les comparto algunos de nuestros poemas que han nacido estos primeros 4 días del 2021, los de Veranika están en Ruso, los míos en español, cada poema con una foto, de lo que capta nuestra atención en algunos momentos del día a día.
Los invito a elegir su expresión creativa, y cultivarla cada día, es muy sanador, para estos tiempos de infopandemia, entregarnos al acto creativo es una forma de cuidarnos, de transformar las formas en las que vemos el mundo, encontrar los lenguajes que nos permitan expresar la esencia de lo que somos. El sistema inmune se regenera, lo tengo comprobado, no hay que esperar nada, solo hay que ponerse a crear con lo que hay en las condiciones en las que estamos, cualquiera sea, ¡la caldera sobre la leña y a disfrutar!
Que lindo leerte Clau, gracias por regalarnos tus poemas de vida!
Gracias por estar en el camino Valentaine. Abrazos.