Miles de personas y familias hoy buscan refugio en algún rincón del mundo en busca de una sola oportunidad, sobrevivir en sociedades – espejismo de bienestar, paraísos o edenes llamados “países de las oportunidades”. Claudia nos recuerda: Nuestra humanidad ha sido siempre migrante.
Claudia Vaca, a través de sus giros, quiebre, creación de nuevas palabras desde las antiguas, cuestiona e interpela al sistema con poesía, para dignificar a la tierra, a sus paisajes y a la gente desplazada de sus propios territorios y desde el mismo lenguaje como territorio de doble filo. El poemario se apropia de esas inquietudes sociales y políticas que nos atraviesan a todos.
Poéticamente con una estructura que nos recuerda el neoconcretismo de Ferreira Gullar, versos agudos; hallamos acá una búsqueda en tono de metamorfosis para “desreordenarnos” en contra del neoliberalismo, el socialismo capitalista (al fondo a la derecha, ahí está el socialismo de hoy) y el libre mercado. Sin que le pese a su formación académica, la autora hace uso de todo su bagaje de lecturas, para plantear su poÈtica (su propia tesis de vida), rechaza la tradición y el canon para visualizar los discursos de Trump, Piñera, Bolsonaro, Evo Morales, Maduro, etc. propone junto a cada poema algunos ejercicios denominados Huellas para dialogar con el lector, para despertar al habitante a que escriba y exprese su voz.
Pasaporte, desde la poesía, denuncia la estructura aterradora que nos disciplina a través del miedo religioso, el odio racial, los idiomas y los acentos, el clasismo criollo de los apellidos europeos, o la moda de los apellidos originarios, cuando al final todos somos de algún origen. El poemario desnuda lo que otros no ven, la vida cotidiana del migrante bajo la mano de un sistema de “vida moderna y desarrollada”, similar a una línea de producción, donde más que un ser humano, es una huella digital enumerada para recibir el mismo pago a fin de mes, la miseria ética y la persecución política – social.
Este libro revela, como en una película, quienes nos vigilan para calificarnos, etiquetarnos y asimismo, castigarnos de acuerdo a sus miradas normalizadoras y dogmáticas, típicas de los discursos nacionalistas que benefician a algún gobierno de turno.
Eso es Pasaporte de un eLector, poesía jugada desde la misma poesía, Claudia Vaca nos dice basta de etiquetas guillotinantes, de catálogos jurisdiccioanles, visas, divisas, aduanas, zonas, guerras, religiones, y otros elementos diferenciadores que solo fortalecen patriotismos partidistas o el sentido de pertenencia ¿de qué?, cuando desde la palabra y el lenguaje no hay fronteras.
René Silva Catalán
Santiago de Chile, marzo 2019
Poeta y editor