Roboré se une a la lectura

Hace unos años tuve el privilegio de acompañar un sueño colectivo: la creación de la primera biblioteca interactiva en la gran Chiquitania. Roboré se sumó a la red de bibliotecas municipales gracias al esfuerzo conjunto entre mi trabajo como poeta y gestora cultural, y la colaboración de Sarah Mansilla, presidenta de la Cámara Departamental del Libro de Santa Cruz.

Fueron dos días intensos y llenos de actividades para inaugurar este espacio que no solo guarda libros, sino que abre puertas a la imaginación y al conocimiento. La celebración incluyó la primera feria del libro y la lectura de Roboré, un encuentro pensado para toda la comunidad.

Un objetivo compartido

Desde hace tiempo sostengo que la lectura y la investigación son derechos y necesidades fundamentales para la niñez y la juventud de nuestros pueblos. En Roboré y en las comunidades vecinas, la falta de acceso a fuentes de información —impresas y digitales— es un obstáculo que limita oportunidades. Esa fue mi motivación para sumarme a este proyecto: acompañar al municipio en la construcción de una biblioteca interactiva, y aportar mi experiencia en programas de animación a la lectura y en la creación de espacios bibliotecarios en barrios y pueblos.

La magia de los libros

Siempre digo que una biblioteca es mucho más que un edificio: es un refugio de palabras y un punto de encuentro. En estos espacios los jóvenes encuentran herramientas para despertar la curiosidad, para alimentar su imaginación y para recordar que los sueños caben entre las páginas de un libro. También son lugares para las familias, que pueden compartir allí un tiempo distinto, un tiempo mágico.

La inauguración de la biblioteca y la feria del libro en Roboré fue justamente eso: un recordatorio de que la literatura nos abriga, nos reúne y nos da fuerzas para crecer juntos como comunidad.

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