Somos una generación libre de partidos políticos, una generación que no cree en izquierdas, ni derechas, ni partidos obsoletos turnándose para pasarse el mando y jugar con nuestras vidas, haciendo de nuestras necesidades sus agendas políticas, para conseguir así sus salarios.

Somos una generación preguntona, reflexiva, interpeladora, que quiere vivir en paz, dormir en paz, realizar sus sueños en colaboración con el otro, hay quienes me han tildado de idealista, utópica, pues sí, porque confío en que es posible un mundo así, viví el mundo de la violencia en carne propia, la pobreza de recursos materiales también, viví la discriminación también, y las atravesé con la actitud analítica que me caracterizó desde niña, y que mi abuelo resaltaba en mi y alimentaba, porque cuando alguien o algo parecía «mal/malo», él me decía algo así: «entrá en su mente, e imaginate qué le pasó para que se porte así, no lo odies, no guardes rencor, entendelo».

Eso no es fácil, porque exige salir de la acción/reacción a la que estamos acostumbrados y que nos genera profundas enfermedades mentales, pero se puede hacer, con técnicas y ejercicios, con disciplina diaria, con fuerza de voluntad, creyendo que el camino para pacificar el alma, la mente, la sociedad, es la reflexión, el entendimiento al otro, la solidaridad con el otro y su proceso. Todo ello se ha vivido en las calles de Bolivia en los últimos 21 días de manifestación pacífica en las calles, lo sé porque cada día mis familiares me describían lo que pasa allá, y la situación crítica en la que están, lo sé porque con jóvenes de SOMOS BOLIVIA hemos formado una plataforma mundial que está movilizada en distintas esferas logísticas, analíticas, comunicacionales, etc. para resistir este proceso en el cual SOMOS BOLIVIA y queremos liberarnos de tiranos, no caemos en caudillos novatos, ni antiguos, hemos superado los discursos de la guerra fría, del siglo XX. Estamos apostando por otras formas de acción y organización, donde predomina el arte, la creatividad, la tranquilidad, porque nuestras células, nuestro cuerpo no sabe ni quiere lidiar con el odio, con el rencor, nos hacemos preguntas, dialogamos, investigamos, indagamos, exploramos diversas fuentes, las verificamos, no nos tragamos a simple vista lo que nos muestran y dicen.

También es cierto, que hay personas que todavía tienen vestigios de violencia, claro que lo tenemos todos, porque no hemos sanado completamente ciertos paradigmas, ciertos comportamientos, esto proceso nos interpela en los más hondo de nuestra conciencia, de nuestro léxico, de nuestros pensamientos y hábitos…se ve también la violencia en algunos gritos con insultos, marchas con piedras, palos, etc. pero esa fuerza es minoría, y no por ella se desvirtúa el proceso de todos los que resistimos en las calles de Bolivia y las calles digitales del mundo, en las palataformas de redes, para desmentir a la prensa facilista y floja que emite reportes tergiversados, para desmentir a intelectuales reconocidos que hacen sus lecturas a partir de consignas que se aprendieron hace 40 años, y que responden a su razonamiento ideologizado, no así al análisis de discursos completos de la realidad política del país, y del contexto que atraviesa Bolivia en los últimos 20 años, por lo menos, con toda la divergencia cultural, antropológica, geográfica que implica ser un estado plurinacional, una república con alrededor de 36 lenguas originarias, lo cual implica, 36 formas distintas de aprehender y entender, organizarse política y socialmente en torno a esa diversidad, dialogar con el mundo, entre unos y otros.

Los medios internacionales están cometiendo un terrible error al desinformar a la población mundial sobre lo que está sucediendo en Bolivia, al poner en sus titulares afirmaciones como «Golpe policial y civil, golpe de estado», y presidentes queriendo decir que «con la renuncia de Evo salimos de la crisis», otros diciendo que «Evo es el ejemplo de la democracia que necesita Latinoamérica», encima intelectuales validando estas afirmaciones sin siquiera darse una vuelta por las calles de Bolivia para verificar lo que nuestras familias, amistades y seres queridos están viviendo estos 21 días y estos 14 años de tiranía y mesianismo exacerbado.

¡Por favor! es tiempo de interpelar a estos medios internacionales, a estos intelectuales que llevan años diciendo lo mismo: «la izquierda por aquí y la derecha por allá y en la esquina del bar se dan la mano y negocian», superemos la guerra fría de una vez, porque el contexto es otro, y mi generación se sabe las mañas de estos viejos, sobre todo las mujeres conocemos las mañas, olemos las intenciones y manipulaciones «caballeristicas» de los vejetes acosadores del cuerpo-estado (interprete más allá de ese cuerpo también), conocemos sus mecanismos de poder, y ustedes desconocen los nuestros.

Hoy por hoy, necesitamos full análisis del discurso: palabras, gestos, acciones, decisiones, miradas, etc. en cada actor que está en escena, sediento de poder, los que aparecieron recién también hay que estar alerta con esos.

Conocidos y amigos escritores, profesores, ciudadanos del mundo no se traguen las afirmaciones ni los titulares de la prensa internacional, porque en Bolivia el proceso que estamos viviendo se llama desobediencia civil pacífica, llevamos 21 días en ello, es una lucha para recuperar la institucionalidad de nuestra democracia y sacar al tirano del poder, estamos cuestionando a todos los partidos políticos podridos de corrupción en la historia de la democracia electoral de Bolivia, no creemos en ninguno, porque todos nos tienen como estamos, porque causaron indirectamente las muertes que llevamos en duelo estos días, y estos años.

Nosotros SOMOS BOLIVIA, los desobedientes civiles, los interpeladores de la democracia electoral y del partidismo político corrupto estamos luchando para convocar a nuevas elecciones, donde el régimen del tirano queda anulado por fraude al sistema, y sin embargo debemos velar porque se cumpla esa obviedad, y otras tantas, y a la vez tenemos que estar alertas a las amenazas y jugadas violentas que este régimen y otros, siguen ejerciendo por las noches en las calles. Evo renunció al gobierno, pero no a su a su sed de venganza y poder (no tiene paz ni salud mental), el mismo Lineras lo expresó en su cierre, recordando a Katari dijo»: Volveremos y seremos millones», lo dijo en tono de amenaza.

Esto que escribo preliminarmente es un pincelazo de lo que vivimos los bolivianos, una invitación al diálogo para una democracia profunda, donde las disidencias sirvan para autocuestionarnos y para abrir más la mente y corazón, para transformar hábitos, porque en estos días nuestras vidas corren peligro de muerte y necesitamos cuidarnos unos a otros, disentir y consentir, con respeto, seguir haciéndolo, desde adentro y desde afuera.

Convoco a la prensa internacional y a los intelectuales izquierdosos, derechosos, centroiz centroder….etc. a todos esos caducados pensadores de la política, a superar sus léxicos, su semántica, los invito a entender los mecanismos de nuestra resistencia, nuestro lenguaje, nuestra semántica, nuestra capacidad ciudadana de análisis de discurso para darnos cuenta del cinismo de los distintos frentes sedientos por estar en el gobierno del país, los invito señores medios de comunicación internacional e intelectuales del siglo pasado a actualizarse con nuestro léxico, nuestras acciones y demandas como Resistencia Bolivia. Dejen de escribir declaraciones y pedir firmantes, pidiendo apoyo para el tirano y repitiendo las idioteces de la prensa internacional que no investiga, que reporta irresponsablemente las palabras de los cínicos, hasta Chomsky cayó en esos titulares,se equivocó en su lectura, se limitó a repetir la consigna de dictadura, y le ganó su ideología para la lectura, lo abandonó la ecuanimidad, siguió repitiendo el palabrerío «del indígena pobrecito que sufrió y quiere impedir que otros sufran…etc.», nadie es salvador de nadie, no nos tragamos más esos jueguitos de demonizar a unos y victimizar a otros, no seguimos caudillos ni mesías, porque son juegos que manipulan las emociones de las personas, mi generación ha lidiado tanto con su propia emocionalidad, que sabe cuando un tiranito juega a la víctima, y sabe cuando el resentimiento está gobernando la acción de un sujeto en su discurso y en su propuesta, etc. cuando está posando a parecer pacificador, o conciliador, no nos tragamos sus personajes, ni sus máscaras, sabemos cuan son y cuando quieren parecer lo que no son.

El ex presidente que se dijo indígena para asumir el poder aprovechado la coyuntura mundial de apoyo a los derechos indígenas y la famosa, manoseada categoría de la «interculturalidad» que resultó en falacia en términos prácticos de la realidad latinoamericana, y debilitó internamente la organicidad y honestidad de los movimiento originarios, indígenas, que se empezaron a dejar coimear por el monopolizador de votos y poder. Evo en su reununcia dice que seguirá con su pueblo, lo hará, claro que sí, para ponerlos, como siempre, desde antes de ser presidente, como carne de cañón.

Este sujeto juega al rol de víctima, porque es un enfermo mental al igual que todo su régimen, son psicópatas a los que no les importa la vida del ser humano, y ningún derecho humano, creen que la discriminación y el dolor, se resuelven con más violencia.

Somos Bolivia: leemos entre líneas sus gestos, sus intenciones, sentimos la vibración de su renuncia, sabemos que no se irá, y sabemos que este proceso continúa, que debemos seguir cultivando la democracia profunda y y no permitir que entre los de siempre, ¡se pasen la pelota y nos sigan fregando la existencia!

2 comentarios en «SOMOS BOLIVIA: democracia profunda y autocrítica ciudadana»

  1. Qué buen análisis! Soy estudiante de medicina de la Universidad de San Francisco Xavier de Chuquisaca y me alegra bastante que nuestra forma de pensar como generación nos de la oportunidad de terminar con la trillada lucha de poder entre izquierda y derecha; las ideologías movieron a nuestros padres y a nosotros nos mueven nuestro ideales.

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