En un ejercicio de palabras para referirse a lo que hacemos los que trabajamos sin parar cada día, encontré en la nube de palabras que arroja el análisis corpus, que la mayoría de los post usaban la palabra -Ayudar, apoyar, o la expresión «seamos solidarios con los que no tienen y hacen algo para vender»- estos post se referían a quien pasa por tu casa vendiendo tamales, salteña, pan, a la banda que te lleva música, o al escritor que vende sus libros online, al actor, al músico, al profesor que te pasa clases, oficios y labores variadas.-


Hice el ejercicio con 100 post de personas de diversos lugares del planeta, post referidos a un libro vendido, una obra de teatro online, una clase a estudiantes, la edición de algún texto, ofrecer pan online, vender comida, vender los tomates, atender a un paciente, pintores, etc., y el «consumidor» se jactaba de «ayudar» (es la solidaridad del capitalismo, pensé). 

Este razonamiento es más precario que la economía misma del 73% de la población del planeta. A ver Don Solidario, Doña Solidaria, le recuerdo que el profe, el escritor, los músicos, actores, editores, editoriales nacionales, cocineros, etc. trabajan, para que usted consuma el producto o servicio que ellos le entregan, son iniciativas familiares la mayoría, o búsquedas individuales de sustento, haciendo lo que a cada quien le gusta y mejor hace, porque así funciona la economía de muchos países, ante el desempleo, incluso las comunidades de migrantes en el «primer mundo» funcionan así, el autoempleo es la norma mundial. Son familias enteras las que se sustentan con ese trabajo que usted Don Solidario o Doña Solidaria, paga….para variar, en unos países se paga más en otros menos, ¡el jueguito de las monedas y la bolsa de ¨valores¨!

Sea quien sea el «consumidor del producto o servicio», sea cual sea el producto o servicio que se pone a la venta: artes culinarias o de las artes escénicas, educación, plomería, literatura, editorial, arreglo de celulares, labores domésticas, textos, periodismo, etc.» insisten en decir:– ayudemos a los escritores, a los periodistas, a los profesores, a los actores, a los panaderos, músicos, etc. — ¡ya puej! paremosle al asunto, el verbo correcto es: — paguemos al trabajador, aunque no haya la figura de muchos trabjadores de diversas labores en la ley del trabajo de muchos países, y eso genera precariedad en sus derechos y abusos de toda índole…si el servicio se da, hay que pagarlo. — Hasta podríamos mejorar y decir: Es hora de exigir el cumplimiento de los derechos laborales de todos los que con su creatividad se ganan la vida–

Todo producto o servicio, tiene un valor y un precio, el valor y precio cambian de un país a otro, de acuerdo a cómo está sus legislación laboral y el valor que se da a determinados oficios; por ejemplo en Bolivia, no hay la figura gestor cultual, ni artista en la ley del trabajo, por ello hacen lo que quieren, y te dicen: pucha, artista, pobrecits.

En varios países de Latinoamérica cuando toca hacer gestión cultural y artística, incluso teniendo presupuesto o ministerio de culturas, artes, patrimonio, etc., te dicen: –vamos a ponerle que se compraron ladrillos para un centro cultural, y de ahí sacamos un poquito para pagarle a fulanito, porque no hay el ítem actor, músico, etc. entonces hay que chanflear al estilo cantiflas o chavo del ocho, ¡jaj! conseguir algún reconocimiento que no llega ni a 100$ no es que seamos artistas baratos, es que así están las cosas con ministerio o sin ministerio de culturas (sí con mínúscula), también los hay quienes dicen: no se pueden pagar vuelos, ni hoteles, que duerma en la casa de algún amigo o colega, que haga una actividad y junte para su pasaje, y si te enfermás, ¡que nos salve la kermesse o la solidaridad que nunca pagó cuando estuviste sano!. 

Recordemos, que estas y otras labores, oficios, son fuerza de trabajo, porque es capital acumulado lleno de creatividad, porque son horas de vida de quien crea el producto o servicio y VALE, vale muchísimo, así que PAGUE. 
¡Hasta Trotsky entendió eso, por eso se retiró del jueguito socialista, jaaj! y lo acribillaron.
¡Ni el mismo capitalismo, ni el mismo capitalista quiere entender esto, el socialista, el comunista, esos son peores, te dicen: hacé voluntariado, si te gusta la sociedad y la humanidad, hacelo gratis, así te hacés conocer y después de contratan! Algunos confiados en la buena fe caímos en ese juego del voluntariado, y cuando acordamos, no tenemos ni pa´ un nebulizador cuando viene la crisis de asma, que no es ni más ni menos que la somatización del asfixiante respiradero llamado mundo en el que seguimos viviendo. 

Salud y creatividad para todos, nos invito a hacer flexiones con nuestros modos de relación laboral, creativa, etc. y sigamos exigiendo nuestros derechos políticos culturales, laborales, educativos, humanos a estos gobiernos de todos los países que siguen jugando con nuestras vidas.

Lo último: si llegaste hasta aquí: ¡el quedate en casa ya no sirve, gente muy querida se está muriendo igual, porque no le hacen el estudio a tiempo, porque no le alcanza la plata que está ahí, en los bolsillos de muchos que viven cuidando su bolsillo más que su vida y la de otros, y no les importa! ¡Antes del covid19, familiares y amistades murieron porque no tuvieron para hacerse el chequeo médico para saber por qué ese constante dolor de cabeza, o dolor de panza, o los desmayos, que padecían por años y años -eligió morir, dicen los místicos, jaj-! 

Si te hace el saco, te lo ponés, si no, pasá de largo, amá, pagá nuestros servicios y productos, comprá los libros de tus escritores, el pan de tu barrio, la obra que hace el vecindario, el disco de tus músicos, ¡ya sé! está en la web, pero igual, y si sos científico, unite a Latindex, jajajaj pq los wos y scielo ya sabemos quiénes son.

Un último párrafo, por si no se han aburrido de leer esta catarsis: Sigamos lavándonos las manos, tal y como lo hacen los gobiernos del planeta, desde hace años, y con esa frase, la última jefita que tuve en Bolivia, la de la fundación del barón que le robó a Bolivia, cualquiera se hace rico cuando no se pagan impuestos, ni existen derechos laborales para los mineros que se esclaviza, esa misma fundación que luego se inflamó de solidaridad dando becas e invirtiendo en la cultura y educación de Bolivia, así como se inflaman ahora mismo los solidarios del covid19, la doña solidaria de la solidaria fundación para la cual trabajó más de 18 años de su vida, se enfureció tanto que pidió mi renuncia, no quería aceptar que su subordinada cunumi letrada (como me nombró un día de ira, jaja) le diga: -dejá de lavarte las manos y dirigir esto a control remoto- En un próximo post hablaré del lavado de manos y lavado de monedas con agua y jabón en tiempos de covid19.

¡Preparen sus pipocas para la peli!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *